El acto de parir, ya se trate de un hijo, una idea o una obra de arte, va siempre acompañado de dolor. Los indios huicholes piensan que la pareja de la mujer debe compartir el dolor y el placer de dar a luz: por eso, mientras ella está de parto, el marido se sienta en las vigas situadas sobre su cabeza con una cuerda atada a los testículos. Cada vez que tiene una contracción, la parturienta tira de la cuerda. Al final, el marido siente tanta alegría por el nacimiento del niño como la mujer ¡O incluso más! Esta costumbre de compartir los dolores del parto, en la que el hombre mantiene una actitud simpática de empollamiento ante la llegada del hijo, está extendida entre muchos nativos.
A más de uno se le quitaban las ganas de tener hijos...muajjajaja
4 comentarios:
Primero hablas de posturitas, para calentar al personal y después lo de los testículos, por tu culpa mi mujer dice que ahora si que esta dispuesta a tener hijos, que vaya preparando la cuerdea para mis testiculos, si yo sabía que esto de los blog no podía traer "na gueno".
Vaya, ahora bajará el índice de natalidad por mi culpa....si ya sabía yo....^_^
Es interesante... que dar vida es lo más bonito del mundo... y que los dolores de parte se te olvidan pues a ellos también se le olvidarán digo yo.. ;-)
Pues a mí me parece bien esa costumbre. Realmente es la única manera de que ellos también sientan el dolor y la alegría de tener un hijo...Me imagino la escena...juajuajua
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